¿Es el Cáliz de Doña Urraca el verdadero Santo Grial? La reliquia leonesa que despierta pasiones

El Cáliz de Doña Urraca es una de las piezas más valiosas del arte románico peninsular. Realizado en la segunda mitad del siglo XI, este objeto litúrgico fue concebido para consagrar el vino durante la misa, convertido para los cristianos en la Sangre de Cristo. Su estructura está formada por dos vasos romanos de ónice del siglo I d.C., montados posteriormente en un fastuoso relicario de oro decorado con filigranas, perlas, zafiros, esmeraldas y otras piedras preciosas.

Esta singular pieza llegó a manos de doña Urraca (1033–1101), hija del rey Fernando I de León y señora de Zamora, como parte del reparto de herencias tras la muerte del monarca. Fue ella quien donó sus propias joyas para enriquecer el cáliz, cuyo diseño culmina en una inscripción en la base que reza: "IN NOMINE DOMINI VRRACA FREDINANDI" (“En el nombre del Señor, Urraca hija de Fernando”).

 Entre la historia y la leyenda: ¿el Santo Grial?  

La fama del cáliz trascendió su valor artístico y devocional cuando, en años recientes, se planteó la posibilidad de que fuera el verdadero Santo Grial, la copa que Jesucristo utilizó durante la Última Cena. Esta hipótesis se basa, entre otros argumentos, en unos documentos hallados en la Universidad de Al Azhar (Egipto) que señalan que el califa fatimí Al-Mustansir regaló el cáliz al emir de Denia hacia 1054. Este, a su vez, se lo entregó al rey Fernando I de León en agradecimiento por su apoyo en tiempos de necesidad.

Según algunas versiones, incluso se atribuyen al cáliz poderes sobrenaturales, como el de haber curado a una hija del sultán Saladino con una esquila desprendida del mismo. Sin embargo, estas afirmaciones están lejos de estar confirmadas por la historiografía oficial y se enfrentan a la existencia de muchos otros “griales” repartidos por el mundo.

En España, el más reconocido es el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, que algunos consideran el que presenta más similitudes con la copa descrita en las Sagradas Escrituras. También existen otras reliquias como el Santo Grial de O Cebreiro en Lugo, el Sacro Catino de Génova o el Cáliz de Antioquía, entre otros muchos.

 Una pieza que sigue despertando fascinación  

A día de hoy, el Cáliz de doña Urraca permanece expuesto en el museo de la Real Colegiata de San Isidoro de León, siendo una de sus piezas más visitadas. Ya sea como objeto de devoción, maravilla artística o reliquia cargada de misterio, su leyenda sigue viva. Lo que no cabe duda es que el interés por esta copa medieval no se apaga y sigue alimentando el eterno enigma del Santo Grial.

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