León XIV recuerda “los gritos de las madres que sostienen los cuerpos de sus hijos” y pide el fin de la guerra en Gaza
En la Audiencia General el Papa ha pedido que cese la guerra en Ucrania y "en todas las partes del mundo donde sopla el viento de la guerra"

Escucha a Eva Fernández, corresponsal de COPE en el Vaticano
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa León XIV ha pedido en su segunda audiencia general que se detenga la guerra: "en estos días mi pensamientos va al pueblo ucraniano, a los que aseguro mi cercanía y oración". Ha pedido en especial por los niños y sus familias: "pido diálogo y paz. Pido a todos una oración por Ucrania y por todas las partes del mundo donde sopla el viento de la guerra".
El Papa ha hecho un llamamiento a los responsables para que cese el fuego: "desde la franja de Gaza se eleva al cielo los gritos de madres y padres que sostienen los cuerpos sin vida de sus hijos y que se ven obligados continuamente a desplazarse en busca de un poco de comida y de un refugio más seguro ante los bombardeos se elevan cada vez con más intensidad al cielo".

En su segunda audiencia general, la lectura del Evangelio ha sido en español. Y en nuestra idioma, el Papa León XIV ha saludado a los peregrinos venidos de España, México, Argentina, Republica Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Guatemala y Chile, a quienes ha animado a contemplar con esperanza todas las veces que Jesús se detuvo ante nosotros cuando nos encontrábamos caídos al borde del camino.
En una plaza nuevamente llena de fieles, el Papa ha dado la vuelta entera a la Plaza de San Pedro y volvía a parar el papamóvil varias veces para bendecir a varios niños.
LA COMPASIÓN de LOS GESTOS
En su segunda audiencia general el Papa León XIV sigue meditando sobre las distintas parábolas del Evangelio, "que nos ofrecen la oportunidad de cambiar de perspectiva y abrirnos a la esperanza. La falta de esperanza, a veces, se debe a que nos quedamos atrapados en una cierta forma rígida y cerrada de ver las cosas, y las parábolas nos ayudan a mirarlas desde otro punto de vista".

"Hoy me gustaría hablarles de una persona experta, preparada, un doctor en la Ley, que sin embargo necesita cambiar de perspectiva, porque está concentrado en sí mismo y no se da cuenta de los demás", ha dicho el Papa en la audiencia.
La parábola que cuenta Jesús tiene como escenario un camino, y "es un camino difícil y áspero, como la vida". Habla sobre un camino que recorre un hombre desde Jerusalén a Jericó. Ese hombre es asaltado y abandonado medio muerto: " Un sacerdote y un levita bajan por ese mismo camino. Podemos imaginar que, después de haber permanecido mucho tiempo en Jerusalén, aquel sacerdote y aquel levita tienen prisa por volver a casa", una prisa que añade el Papa es la que muchas veces nos impide sentir compasión.

Tras ellos, llega alguien que sí es capaz de detenerse: es un samaritano, es decir, alguien que pertenece a un pueblo despreciado. "Este samaritano se detiene simplemente porque es un hombre ante otro hombre que necesita ayuda". León XIV añade que la compasión se expresa a través de gestos concretos "el samaritano se acerca, porque si quieres ayudar a alguien, no puedes pensar en mantenerte a distancia, tienes que implicarte, ensuciarte, quizás contaminarte; le venda las heridas después de limpiarlas con aceite y vino; lo carga en su montura, es decir, se hace cargo de él, porque solo se ayuda de verdad si se está dispuesto a sentir el peso del dolor del otro; lo lleva a una posada donde gasta su dinero, y se compromete a volver y, si es necesario, a pagar más".

Concluye la audiencia preguntando cuando seremos capaces nosotros de interrumpir nuestro viaje y tener compasión. "Recemos, pues, para que podamos crecer en humanidad, de modo que nuestras relaciones sean más verdaderas y más ricas en compasión. Pidamos al Corazón de Cristo la gracia de tener cada vez más sus mismos sentimientos".