

"Al final no hay tanta diferencia entre Trump y Sánchez, entre Elon Musk u Oscar Puente, entre Leire y José o Koldo"
Expósito pone el foco en la guerra que estalló anoche entre Musk y Trump, donde el mandamás de Tesla señaló que Donald Trump estaría en los documentos de Epstein. Mientras, en España, Leire, Koldo y compañía siguen sin dar explicaciones
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¿Qué será lo siguiente tras una semana como esta? ¿Dónde está el límite? Leía esta mañana Bea Parera, y claro, con la que está cayendo con la conferencia, pues ha pasado por allí. Ábalos, que se reunió con Leire, usó los ataques a la UCO para anular el caso Koldo. Le ha ido estupendamente.
Desde el inicio del caso Koldo, el socialista cuestionó a la Guardia Civil y armó un relato para buscar la nulidad de un procedimiento que también salpica a otros como Santos Cerdán. ¡Caramba! Álvaro y Leire, ¡qué fotón!
Bueno, lo primero que me viene a la cabeza y a la boca del estómago es que en unos días acaba el plazo para la declaración de la renta. Y pienso en las sobrinas contratadas, y pienso en el sueldo de Leire, en lo que cuesten los pinganillos, en el sueldo de Ábalos, que ahí sigue el tío como diputado en el Congreso.
Mira, ¿qué quieres que te diga? Mientras el mundo que conocimos se deshace entre guerras, lunáticos y movimientos migratorios, nosotros, con la conferencia de presidentes, con los pinganillos, ¿y si Díaz Ayuso se planta ante la ministra de Sanidad? Pues mira, oye, yo, sinceramente, no me da la gana. Por lo menos, sigo el carril cuando me apetezca.
Anoche estalló una bomba informativa en Washington, en el mismísimo despacho Oval de La Casa Blanca, y nosotros, aquí liados con Leire, una pobre mujer y sus jefes haciendo el ridículo hasta el imposible. ¿Qué será lo próximo? ¿Qué tubería apestosa estallará y de qué cloaca saldrá?
Me detengo unos minutos en Estados Unidos, te lo contamos en directo con el mejor corresponsal actual del periodismo español, nuestro David Alandete. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, tuiteó que Donald Trump, el hombre más poderoso del mundo, aparece en la lista secreta del caso Epstein, en lista con depredadores sexuales de menores. Y claro, me viene a la memoria aquel episodio que vimos en directo nosotros mismos en Miami, día antes de la jornada electoral de la que salió vencedor Donald Trump.
Entrevisté a uno de los responsables de la campaña, en el centro de Miami, y se despachó con esto. Escucha, eh. Se llama Lázaro Lozano. Los ataques sexuales o no. Todos somos hombres, todos somos seres humanos, todos tenemos gusto por personales, los cuales debemos llevar a cabo como nos dé la gana y con la decencia de no tratar de mezclar a los menores, a los menores de edad, como están tratando de hacer el partido demócrata.
Bueno, pues no ha sido el partido demócrata precisamente, pero a partir de ahí le van a permitir, le van a excusar, le van a perdonar todo. Y es que vivimos una época de liderazgos, elegidos democráticamente o no, absolutamente enloquecidos, sin límites.
Coge un mapa. Maduro, Cuba, Nicaragua, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, China, Corea del Norte, Rusia, ultras en media Europa, los regímenes en Irán, los países del Golfo, la corrupción endémica en toda África, aquí, aquí al lado. Y nosotros, insisto, con la conferencia del presidente, los pinganillos, con la Leire.
Menos mal que aparecen unos hombres aparentemente grises, Mertz en Alemania o Starm en Londres, y yo creo que ponen cierta sensatez y equilibrio, algo de normalidad. Son capaces de plantarse ante Putin y ante Trump.
Oye, que no se me va de la cabeza la conferencia de presidentes, y el Oscar Puente tuiteando contra Marina, les llama resentidos. Mira, ¿sabes qué? Al final no hay tanta diferencia entre Trump y Sánchez, entre Elon Musk u Oscar Puente, entre Leire y José o Koldo.