La realidad detrás de la relación entre Donald Trump y Elon Musk y por qué no ha funcionado: egos, intereses y una ruptura inevitable

Lo que empezó como una alianza estratégica clave para las presidenciales de EE.UU., ha terminado en una guerra abierta en redes sociales. Elon Musk y Donald Trump han pasado del apoyo mutuo al cruce de acusaciones, con un trasfondo tan explosivo como el caso Epstein.

 De aliados en la Casa Blanca a rivales públicos  

La relación entre el expresidente Donald Trump y el empresario Elon Musk nació de forma inesperada el 13 de julio del año pasado, cuando Trump sobrevivió a un atentado durante un mitin en Pensilvania. Aquel día, Musk, antes crítico con Trump, abrazó públicamente su figura, ofreciéndole apoyo económico y mediático a través de su red social X, la antigua Twitter, con más de 220 millones de seguidores.

La alianza fue clave para el regreso de Trump a la Casa Blanca. Y como gesto de confianza, Musk fue nombrado responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Su presencia se volvió habitual en la residencia presidencial, incluso en el despacho oval. Sin embargo, la convivencia desgastó rápidamente la relación. Las decisiones impopulares de Musk y su actitud ante los medios comenzaron a incomodar al entorno del presidente.

La tensión creció cuando Musk cuestionó los aranceles, uno de los pilares económicos de Trump, lo que provocó un distanciamiento inevitable. Aun así, ambos optaron por una separación aparentemente cordial, con sonrisas públicas y un cierre discreto de la etapa compartida.

El caso Epstein enciende la mecha final

Pero la tregua no duró. La ruptura estalló definitivamente tras una serie de tuits cruzados entre ambos, marcados por insultos, amenazas económicas y una acusación que ha conmocionado al entorno político y empresarial.

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La guerra abierta entre Elon Musk y Donald Trump

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Musk, en un mensaje publicado anoche, vinculó a Trump con la llamada “Lista Epstein”, que recoge a personalidades supuestamente relacionadas con el magnate Jeffrey Epstein y su red de tráfico sexual de menores. En esa lista figuran también nombres como Bill Clinton, Leonardo DiCaprio o Bruce Willis.

El impacto ha sido inmediato: las acciones de las empresas de Musk se desplomaron más de un 17% en menos de 24 horas, y Trump ha advertido que podría rescindir contratos gubernamentales clave.  Lo que parecía una historia de colaboración excepcional entre dos titanes del poder, ha terminado en una confrontación de alto voltaje con consecuencias aún imprevisibles.

Intereses cruzados y acusaciones graves   

 “La ruptura era inevitable, pero no pensaba ni de lejos que se iba a producir en los términos en los que se ha producido”, asegura José Antonio Gurpegui, director del instituto Franklin y catedrático de Estudios Norteamericanos en la Universidad de Alcalá, en una entrevista en La Linterna. El profesor se refiere al abrupto distanciamiento entre Donald Trump y Elon Musk, una relación que califica de “muy compleja y basada en intereses”.  

Para Gurpegui, el desencuentro se venía gestando desde hace tiempo: “Estaba muy claro. La confrontación de egos ya se vio en aquella reunión del Gabinete”, en alusión a una cita en la que Musk rompió públicamente con el entorno de Trump, especialmente con Pete Navarro, responsable de la política arancelaria del expresidente.

El detonante actual es aún más grave: “Que lo acuse de estar en la lista Einstein es muy serio”. Según Gurpegi, en los documentos revelados “el nombre de Trump aparece en seis ocasiones, aunque eso no implique necesariamente nada”. Sin embargo, “la insinuación de Musk va más allá, sugiere que la relación de Trump con esa lista es más oscura de lo que parece”.

Sobre el trasfondo, Gurpegui explica: “A Trump le gustaba ser Musk y a Musk le gustaba ser Trump. Uno tenía el dinero y otro el poder”. Musk fue el mayor donante en la campaña de Trump, mientras que el empresario necesitaba el respaldo político para sus negocios con agencias federales.

Sobre el futuro, el profesor concluye con cautela: “Tratándose de ellos, puede ocurrir cualquier cosa”, aunque reconoce que hay intentos de acercamiento y que “hasta los rusos han ofrecido mediar entre ambos”.