Más de 8 siglos galopando por la tradición: la Caballada de Atienza
La villa medieval celebra este sábado el 863º aniversario de esta Fiesta de Interés Turístico Nacional y BIC en Categoría de Inmaterial, una de las más antiguas de España

Guadalajara - Publicado el
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Atienza renueva este fin de semana su compromiso con un hito histórico que se ha convertido a lo largo de los siglos en la fiesta más antigua de la provincia de Guadalajara, probablemente de Castilla-La Mancha y, sin duda, una de las más longevas de España: la Caballada.
Declarada de Interés Turístico Nacional, Regional y Provincial y Bien de Interés Cultural (BIC) en la Categoría de Inmaterial, la cita cumplirá su 863º aniversario este domingo 8 de junio, Domingo de Pentecostés, aunque ya se celebran actos en la víspera, el 'Sábado de las Siete Tortillas'.
"La Caballada conmemora el hecho histórico de la salvación del rey Alfonso VIII por los arrieros de Atienza al cerco al que tenía sometido su tío Fernando II de León la villa de Atienza para apoderarse de la Corona de su sobrino Alfonso" -ha relatado en Mediodía COPE en Guadalajara Jesús de la Vega, 'seis' y secretario de la Cofradía de la Santísima Trinidad, protagonista desde su fundación en el siglo XII de esta tradición, cuyo episodio épico sucede cuando estos recueros atencinos "urdieron la estratagema de trasladar al monarca castellano en siete jornadas, desde Atienza a Ávila, salvándolo de caer en las manos de su tío".

El documento fundacional de la Cofradía de la Santísima Trinidad es un pergamino del siglo XII que recogía las normas por las que se tenían que regir los recueros de Atienza
Aunque el día grande es el Domingo de Pentecostés, los actos dan comienzo ya en la víspera, el 'Sábado de los Siete Tortillas', llamado así "en referencia a las siete jornadas que tardaron los arrieros en llevar al rey niño desde Atienza hasta Ávila" -ha explicado De la Vega, añadiendo que, en ese día previo, el objetivo del grupo de hermanos que componen "lo que se llama la Mesa de la Cofradía" es encargarse de "los preparativos en la ermita de la Estrella".
Y es a las diez de la mañana del Domingo de Pentecostés, cuando "los hermanos, montados a caballo, nos reunimos en casa del Prioste, donde se pasa lista, se leen las multas y se inicia la romería a caballo hasta la ermita de la Estrella" -ha apuntado el 'seis' atencino, quien, al igual que sus hermanos, participará con devoción en la procesión "con las andas de la Virgen de la Estrella, a las doce" y, posteriormente, en la misa.

Tras el remate de las roscas, en el que "puede pujar todo el mundo", los hermanos de la Caballada realizan "individualmente" un baile "muy vistoso" ante la imagen de la Virgen de la Estrella, que se encuentra en el altar de su ermita.
Pero, sin duda, el acto más singular y esperado por el público tiene lugar por la tarde. "Comemos en la misma ermita y, a las cinco y media, hacemos el recorrido inverso atravesando el pueblo y es cuando hacemos las carreras en un paraje que se llama Asomadilla de las Cuevas" -ha destacado Jesús de la Vega, aclarando que, aunque los hermanos compiten de dos en dos, "no se trata de carreras en las que haya un premio establecido, sino que conmemoran también aquella huida con el rey niño Alfonso VIII hasta Ávila".

La Caballada de Atienza termina cuando el Abad les ofrece a los hermanos "un vaso de limonada, en la Plaza del Trigo"; los despide "con un trago en porrón", deseándoles "salud y llegar al año que viene".
Un deseo que se lleva haciendo realidad desde hace 863 años, gracias, tal como ha asegurado el secretario de la Santísima Trinidad, "a la continuidad generacional de los miembros de la Cofradía", ya que "prácticamente la totalidad de los hermanos lo hemos vivido desde pequeños: nuestros padres y nuestros abuelos han sido de la Caballada y nosotros estamos deseando cumplir los 16 ó 18 años para poder entrar a la Cofradía, que es una familia más".