Dentro del corazón verde: una mirada al centro que lucha contra el fuego en Córdoba

A escasos kilómetros de la capital, se encuentra el núcleo desde el que se coordinan todas las respuestas frente a los incendios forestales en la provincia

Un bombero forestal se baja de un helicóptero

Un bombero forestal se baja de un helicóptero

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

5 min lectura

En pleno corazón del parque periurbano de Los Villares, a escasos kilómetros de la capital cordobesa, se encuentra el núcleo desde el que se coordinan todas las respuestas frente a los incendios forestales en la provincia: el Centro Operativo Provincial del Plan Infoca. Allí se organiza la estrategia, se toman decisiones al segundo y se prepara a diario a quienes, cuando el fuego aparece, se juegan la vida para proteger los montes de todos.

El Plan INFOCA, o Plan de Emergencia por Incendios Forestales de Andalucía, es un dispositivo de la Junta de Andalucía para la prevención, detección y extinción de incendios forestales en toda la comunidad autónoma. Su objetivo principal no es solo proteger los espacios naturales, sino también recuperar las zonas que han sido afectadas por el fuego. En Córdoba, su centro neurálgico se encuentra precisamente en este enclave estratégico de Los Villares.

Allí nos recibe Carlos Revilla Gómez, subdirector del COP de Córdoba, que nos detalla cómo funciona esta maquinaria invisible cuando aún no hay humo a la vista. “Contamos con un puesto de despachador que recibe las alertas del 112, pero también nos llegan avisos directos de las torres de vigilancia que tenemos repartidas por toda la provincia: un total de 21”, explica. Algunas de esas torres están cubiertas las 24 horas por personal que no pierde de vista el horizonte. Su misión es sencilla, pero esencial: detectar cualquier columna de humo, por pequeña que sea, y dar la voz de alarma cuanto antes.

Carlos Revilla

Carlos Revilla

Este aviso pone en marcha una cadena perfectamente engranada que comienza en una sala que parece sacada de una película, pero que opera con una precisión quirúrgica en la vida real: la sala de control. Allí nos encontramos con Conchi Herrera, que vigila siete monitores desde los que se accede a toda la información en tiempo real: los avisos entrantes, las coordenadas del foco, las condiciones del terreno, los medios aéreos disponibles o el estado de los recursos terrestres desplegados. “En cuanto entra un aviso, localizamos el punto exacto, se confirma la situación y se le pasa la información al técnico forestal para activar la intervención”, resume.

Conchi Herrera en la sala donde se recepciona todos los avisos

Conchi Herrera en la sala donde se recepciona todos los avisos

Unos 370 profesionales forman parte del operativo provincial, a los que se suman 75 agentes de medio ambiente. En cada turno pueden estar disponibles alrededor de 100 personas entre técnicos, retenes, conductores y especialistas. A ello hay que añadir los medios aéreos con los que cuenta Córdoba: dos aviones de carga en tierra y tres helicópteros distribuidos estratégicamente, aunque también pueden llegar refuerzos desde otras provincias andaluzas en caso de emergencia.

Nos adentramos también en el parque móvil terrestre, donde Jorge Luque Illescas, técnico de Extinción, nos enseña algunos de los vehículos especialmente diseñados para acceder a las zonas más complicadas del monte. “La prioridad siempre es la seguridad de las personas. Lo que más nos preocupa es un cambio repentino del viento. Por eso siempre trabajamos con un plan de escape”, aclara. En caso de que todo falle, los camiones están preparados para defenderse: cuentan con sistemas de rociado de agua que protegen los neumáticos y partes sensibles con agua para soportar el calor extremo.

Jorge Luque, técnico de Extinción

Jorge Luque, técnico de Extinción

Jorge también nos muestra el camión de coordinación en campo: una verdadera oficina sobre ruedas desde la que se conecta a todos los equipos desplegados en el terreno. “Desde aquí podemos hablar con cada persona que está trabajando contra el fuego, saber qué necesita y cómo va evolucionando la situación”, explica.

A medida que avanza la mañana, comienzan a llegar los retenes, cada uno compuesto por siete personas: un conductor, un jefe de grupo y cinco especialistas. Nos detenemos con el Grupo C206, liderado por Rafael Aguilera, bombero forestal con años de experiencia a sus espaldas. “Lo primero que hacemos cada día es revisar el equipo. Desde las herramientas hasta los vehículos. Todo debe estar listo porque cuando suena la alarma, no hay margen para el error”, cuenta mientras toma nota de las numeraciones del material.

Equipo de retenes revisando la maquinaria

Equipo de retenes revisando la maquinaria

Con él y su equipo comprobamos la rutina diaria de preparación, que incluye desde la revisión de las mochilas con extintores individuales hasta los equipos de protección personal. “No pensamos en lo que puede pasar, estamos aquí para estar preparados”, afirma con serenidad.

Nuestra visita finaliza en la zona de operaciones aéreas. Allí aterrizan y despegan los helicópteros que se convierten en el recurso más rápido y visual en la lucha contra el fuego. Jorge nos explica que cada aeronave tiene una autonomía de unas dos horas, tras las cuales deben volver para repostar queroseno. “Son helicópteros bombarderos, especializados en este tipo de misiones. Su principal función es lanzar grandes cantidades de agua o productos retardantes sobre el fuego para frenar su avance o apagar focos secundarios”, detalla.

Pero más allá de la técnica, todos los que forman parte del Plan Infoca comparten algo que no se entrena: un compromiso férreo con la naturaleza. Tanto Carlos como Jorge insisten en un mensaje que debería calar en cada rincón de la provincia: “Nos cuesta entender que haya quien pueda prender fuego a nuestros montes. Cada incendio es una pérdida para todos. Por eso pedimos que estemos atentos, que denunciemos cualquier indicio y que cuidemos entre todos lo que es de todos”.

La labor del Infoca no solo se activa en verano. El trabajo en prevención es constante: actuaciones selvícolas, creación y mantenimiento de cortafuegos, control de vegetación y formación continua del personal para responder con eficacia ante cualquier imprevisto. Además, se desarrollan campañas educativas en centros escolares y encuentros vecinales en zonas rurales para fomentar la cultura de la autoprotección y el respeto al medio natural.

Helicóptero del Infoca en Córdoba

Helicóptero del Infoca en Córdoba

El cambio climático no pone las cosas fáciles. Las temporadas de incendios son cada vez más largas y los episodios de altas temperaturas y sequía más frecuentes. Esto obliga a reforzar los recursos y anticiparse a escenarios más extremos. Córdoba no es ajena a estos desafíos, y el Infoca lo sabe. “Hay que estar un paso por delante del fuego. Y eso solo se consigue con prevención, medios y conciencia ciudadana”, recalca Carlos Revilla.

En Los Villares, donde la calma del pinar es solo aparente, se organiza una batalla diaria que no siempre se ve. Una lucha silenciosa, pero constante, para que cuando llegue el humo, Córdoba esté preparada para vencerlo. La mejor victoria, dicen quienes conocen este trabajo de cerca, es que el incendio nunca llegue a producirse.

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